CASTILLA Y LEÓN

La Edad Media en la Península Ibérica es un periodo histórico oscuro pero rico en intercambios culturales, sobre el que se han escrito muchas historias de reyes, caballeros o religiosos. Y de entre todos los personajes de esta época hay uno que despierta fascinación y traspasa fronteras por su fuerza y valentía: Rodrigo Díaz de Vivar, conocido como El Cid Campeador, cuya propia historia está ligada a la de las tierras de Castilla y de León. Su mito resonó, principalmente gracias a la literatura, con el Cantar del Mío Cid, escrito por un autor anónimo entre el 1195 y 1207, además de por numerosos textos españoles, alfaquíes o franceses.

Su leyenda también se ha llevado a la televisión y a la gran pantalla, la primera vez en los comienzos del Séptimo Arte, en 1910 cuando Mario Casarini adaptó la tragicomedia Le Cid (1636) de Pierre Corneille, un cortometraje del que se conocen muy pocos datos. Otro cortometraje titulado El Destierro de El Cid (1960) llegó de las manos de Jesús Franco poco antes de la superproducción de Samuel Bronston, El Cid (1961) dirigida por Anthony Mann. Un año más tarde, aprovechando su éxito, Miguel Iglesias estrena una coproducción hispano-italiana, Las hijas del Cid (1962). Le seguirán Cid, del eslovaco Pavol Haspra en 1973 y las producciones nacionales El poema de mío Cid (1974) de Arturo Ruíz-Castillo, El Cid cabreador (1983) de Angelino Fons, El camino de El Cid (2008) de Francisco Rodríguez Fernández, y las películas de animación El Cid. La leyenda (2003) y Rui, el pequeño Cid (1980). En 2020 se estrenó la ambiciosa serie de Amazon Prime El Cid que contribuyó a difundir aún más, la leyenda de este héroe castellano.

Descubrimos las localizaciones en las que se han rodado muchas de las escenas de tres de estas producciones en Avila, Burgos, Palencia, Salamanca, Soria y Valladolid.

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