En el siglo XI, una plaga de hambre azotó Egipto. El Sultán recurrió al auxilio del próspero califato de Denia. A cambio el Sultán le regaló a Denia un objeto codiciado por toda la cristiandad: El cáliz de la última cena de Jesús, requisado del templo de Jerusalén antes de las cruzadas.
La historia del cáliz, es la historia de la eterna batalla entre la concordia y el odio de los hombres. Su supervivencia a los avatares de la historia nos enseña que a pesar de los fracasos del pasado, las diferentes gentes y culturas son capaces de tolerarse y respetarse unas a otras. Ésta es la crónica de la dimensión del ser humano, acuñada en una humilde copa que ha sobrevivido a 2000 años de civilización.