En Valladolid, 1989, David y Layla, que acaban de empezar Octavo de E.G.B., comparten el gusto por el grupo “Hombres G”. Además, sienten una fuerte atracción mutua, pero debido a los consejos equivocados de sus amigos, David fracasa constantemente en sus intentos por conquistarla. A pesar de esto, se vuelven inseparables y siempre disfrutan de su compañía.
Más de treinta años después, en el Valladolid actual, David y Layla no se han vuelto a ver desde finales de los ochenta, pero nunca han olvidado el uno al otro. Layla se ha convertido en una exitosa directora de cine, ganando un premio Oscar, mientras que la vida de David ha sido más común, sin fama ni reconocimientos. Cuando Layla regresa a la ciudad para recibir un homenaje, ambos pasan una semana juntos y se dan cuenta de que los niños que fueron no han desaparecido por completo.